La física rige nuestro universo. Es imposible viajar a una velocidad mayor que la de la luz… Hasta que se produce el descubrimiento del Flujo, un campo extradimensional que se encuentra en ciertos puntos del espacio-tiempo y que puede transportarnos a planetas de otros sistemas solares.
A través del Flujo, la humanidad se expande a nuevos planetas. La Tierra cae en el olvido y se erige un nuevo imperio, la Interdependencia, fundamentado en el principio de que ningún asentamiento humano puede sobrevivir sin los demás. Es una manera de evitar las guerras interestelares… y, para los gobernantes del imperio, un sistema de control.
El Flujo es eterno, pero no es estático. Cambia de la misma manera que lo hace el curso de un río. En casos excepcionales, planetas enteros han quedado aislados del resto de la humanidad. Cuando se descubre que el Flujo se mueve y que es posible que …
La física rige nuestro universo. Es imposible viajar a una velocidad mayor que la de la luz… Hasta que se produce el descubrimiento del Flujo, un campo extradimensional que se encuentra en ciertos puntos del espacio-tiempo y que puede transportarnos a planetas de otros sistemas solares.
A través del Flujo, la humanidad se expande a nuevos planetas. La Tierra cae en el olvido y se erige un nuevo imperio, la Interdependencia, fundamentado en el principio de que ningún asentamiento humano puede sobrevivir sin los demás. Es una manera de evitar las guerras interestelares… y, para los gobernantes del imperio, un sistema de control.
El Flujo es eterno, pero no es estático. Cambia de la misma manera que lo hace el curso de un río. En casos excepcionales, planetas enteros han quedado aislados del resto de la humanidad. Cuando se descubre que el Flujo se mueve y que es posible que planetas humanos queden aislados para siempre, tres individuos, un científico, el capitán de una nave espacial y la emperox de la Interdependencia, emprenden una carrera contrarreloj para tratar de salvar lo que se pueda de un imperio estelar que está a punto de desmoronarse.
Me enganchó desde el principio con el planteamiento de la tecnología que hace posible la colonización del espacio. Recuerda mucho a la saga de "La Fundación", sobre todo las precuelas y los primeros libros, y también un poco a "El juego de Ender".
Lo que también es cierto es que eché un poco de menos el humor negro exquisito del que Scalzi hace gala en otros de sus títulos.